martes, 20 de septiembre de 2011

Sangre sobre la arena

Ayer, una persona increpó a otra, tachándola de misántropa por el hecho de criticar en público y con pasión, el salvajismo que sufre el toro en algunas fiestas populares de nuestro país. Esas fiestas en las que algunos humanos torturan a un ser vivo con el terrible y vacuo propósito de divertir, crear espectáculo, y tal vez, insistir en mantener una ancestral “tradición” que afortunadamente cada vez goza de menos adeptos.

Estoy hablando, entre otras fiestas populares, del sacrificio ritual de los toros en la plaza. En mi opinión, una barbaridad que en pleno siglo XXI todavía se practica en nuestro país, y que para peor, se politiza con el término de “fiesta nacional” de tal forma que a los que rompemos una lanza en contra de la misma, además de describirnos como “ecologistas radicales” se nos acusa a veces y sin fundamento de “anti-patriotas” Y no solo eso, se nos tacha también de ignorantes, aleccionándonos como si fuéramos niños, que si no existiera el arte de la tauromaquia, los toros de lidia, maravillosos animales mimados en exceso por sus ganaderos, tan solo se lucirían en los zoos como lastimosas reliquias de una raza desaparecida y los verdes pastos donde galopan en libertad tan bellos animales, estarían salpicados de urbanizaciones o campos de golf.

Admito con humildad pues, mi completa y total ignorancia, porque siendo incapaz de no sentir puro dolor al ver un espectáculo tan dantesco, tampoco soy capaz de comprender como puede ser descrita como “arte” la desesperada mirada de un inocente, el bramido de dolor acallado por los vítores de un público enfebrecido, o los últimos estertores de un glorioso ser vivo, otros tiempos divinizado por múltiples culturas, que, ignorante como yo, no comprende por qué motivo se encuentra en aquella desesperada situación mientras muere desangrado sobre la arena.

Solo soy una ignorante, no dispongo de titulación universitaria y ni tan solo acabé el bachiller. Todo lo que sé lo he aprendido por mí misma, o simplemente he interiorizado lo que realmente me ha interesado, por ese motivo he buscado presurosa en wikipedia la definición de “misantropía” (Debo confesar que no la conocía) y no me ha dejado de sorprender su significado: “Actitud social y psicológica caracterizada por una aversión general hacia la especie humana

Sí, me he sorprendido, porque, me resulta incomprensible como se puede calificar de misántropos a quienes piensan como yo, pero voy a intentar interiorizar el punto de vista del acusador. Según él, nosotros los ignorantes y misántropos, creemos que la humanidad es nociva para el resto de los seres que comparten con nosotros el planeta, por consiguiente, odiar nuestra propia especie, la humana, es comprensible, ya que somos el colmo de todos los males y el mundo sería mejor sin nosotros.

Pues no, no lo entiendo, soy una persona simple y sigo sin comprender tal adjetivo.

Si entiendo que alzar la voz, aunque sea de forma apasionada y excesivamente crítica para con nosotros mismos no nos convierte en misántropos. Creo, además, que debemos ser incisivos con las palabras ante la injusticia y la barbarie humana, incisivos también con la mente, con la apertura de conciencia pero no con las armas ni las imposiciones.

El debate es importante, todos tenemos derecho a expresar nuestra opinión libremente, pero no comprendo los argumentos que defienden la tauromaquia. Mucho menos el argumento de la tradición. Las tradiciones no son legítimas por el simple hecho de que se lleven practicando desde tiempos atávicos. Debemos evolucionar como especie, debemos abrir nuestra mente, afrontar un cambio de conciencia. Pienso además, que los que temen la muerte de las tradiciones, en realidad están asustados, porque temen el cambio y son los primeros que se dejarán vencer por la cultura del miedo, defendiendo sus argumentos a la vez que satanizan al resto por no opinar de igual forma.

No comprendo tampoco, que el ecologismo pueda ser comparable a esa palabra tan horrible, “misantropía” Es imposible amar a la naturaleza, a la tierra, a los animales y odiar a su vez al ser humano, porque el ser humano forma parte de la tierra, que compartimos con el resto de los seres vivos y nos guste o no, no somos especiales ni diferentes del resto, ni tenemos el derecho ni el permiso de Dios (o quien sea que está detrás de todo esto, si es existe) para torturar por diversión a los demás por el simple hecho de disfrutar de un espectáculo o mantener una tradición.

No lo somos todo, y no tenemos derecho a todo y por supuesto, no debemos creerlo así. La tierra y los animales que habitan en ella no son nuestros, sino que somos una simple hebra que unidos al resto conformamos el tejido de todo lo que existe, y si escupimos sobre los demás, escupimos sobre nosotros mismos. No somos más que un grano de arena en la playa, y la misma energía que da calor a la arena, da calor al resto de sus hijos por igual.

Quienes pensamos así no podemos odiar a la especie humana.

En mi caso, sí, prefiero entonces ser ignorante y tener la estúpida manía de salvar avispas de morir ahogadas en la piscina, porque así siento que me salvo a mí misma, prefiero seguir amando a quien me ha hecho daño, porque así siento que me amo a mí misma, e intentar comprender lo incomprensible, porque tal vez así me comprenda mejor a mí misma. Y sí, deseo fervientemente seguir siendo incapaz de odiar a nadie e intentar respetar las opiniones del resto aunque no las comparta, pero también prefiero seguir siendo una ignorante, incapaz de comprender como una persona no es capaz de sentir empatía, calificando de “arte” “cultura” “dignidad” y “bravura” , el sacrificio público de un inocente, que padece sin comprender, porque no está en su naturaleza, el dolor y la muerte pública en mitad del ruedo.

Porque esa sangre es la que mancha la arena y la que nos ensucia a todos como seres humanos.

Olalla Pons.

7 comentarios:

  1. No se que te sorprende si hace 2000 años(un segundo en la evolución) era el hombre quien mataba a otros hombres en la arena por diversión.

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  2. Seguro que en esa época había mucha gente en contra (sobre todo los participantes). Los humanos son una especie extraña y mientras exista gente sin escrúpulos y que sólo le interesa el afán de poder, todas estas cosas existirán.

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  3. Gracias Nube Seca por tus comentarios. Sí, desafortunadamente hay gente sin escrúpulos y con poder que sigue fomentando las barbaridades, y no me refiero solo al espectáculo de los toros, sino en general a muchas otras cosas que en occidente no vemos o intentan que no veamos, porque nos distraen precisamente con "pan y circo" nunca mejor dicho, (últimamente con menos pan) pero prefiero creer que habrá un cambio de conciéncia, sino tenemos esperanza en ello, no evolucionaremos.

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  4. Hola Olalla, precioso, me lo llevo al muro de www.lametazos.com y te invito a unirte a la red social en defensa y proteccion de los animales en particular y los seres vivos en general, lugar donde solo se habla un solo idioma el del amor a los animales. Saludos y un abrazo solidario.

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  5. Se puede decir más alto pero no más claro...

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  6. Me ha gustado mucho tu escrito, pero quien dice lo de misántropo no tiene ni idea del significado real de esa palabra. De hecho, he tenido 2 etapas en mi vida, cuando era pro taurina, me interesaba mucho más la naturaleza humana y la gente, así que no tiene mucho sentido. Fui taurófila hasta los 24 o 25 años, porque en mi casa gustaban los toros y no veía el sufrimiento del animal, solamente el "arte" del capote, y todo el espectáculo que rodea el ambiente, la literatura, la supuesta valentía del torero...Creo que fue arraigo de seguir la tradición de mis padres. Después, no sé en qué momento cambié, no recuerdo ningún detonante, sólo sé que odiaba la mal llamada "fiesta nacional", y me pasé al lado opuesto, detestando a los toreros y a despreciando a la gente que podia soportar el terrible sufrimiento del toro, sin desperdiciar oportunidad de decirlo en público, de denostarlo en internet y de firmar en todas partes que hiciera falta.
    Creo que como todas las barbaries, es un tema de educación: si te enseñan a apreciar algo, aunque tenga un componente intrínsecamente malo, no lo vas a ver fácilmente. Sólo teniendo ideas propias y madurando, puedes caer en la cuenta de la bestialidad de esta práctica. Pero así ocurre con todo: machismo, violencia, comportamientos incívicos...todo es producto de la falta de educación y empatía, y quizás de no haber tenido animalillos en casa, esto también ayuda a sensibilizarte.
    Besos.

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  7. P.D.- Creo que sí hubo un punto de inflexión: cuando fui a una corrida en las Ventas, antes siempre las veía por TV.

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